Lo primero es hacer una balanza, el estudiante debe
medir sus puntos fuertes y saber cuáles son sus debilidades, la total
sinceridad en este aspecto se vuelve incuestionable.
Tenemos que tener claro quiénes somos (nuestras
ataduras), aquello que queremos hacer (objetivos), y las relaciones que tenemos
que tener para conseguirlo.
Un sobres-fuerzo orientado es, en muchas ocasiones, la
única manera de cambiar las cosas. No podemos ir corriendo a todos sitios,
tenemos que focalizar nuestra energía hacia aquello que nos apasiona. ¿Por qué?
Porque las cosas, o se hacen bien, o no se hacen.
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